En su poema "palabras", nos hizo partícipes de su infierno mental.
Ella se describe como el agua de un río: sigue su curso; así sigue ella su camino tras sus duras batallas contra la depresión. Poco más puedo contaros acerca de ella que no sepáis, en mi exposición os conté cómo batalló hasta el final, hasta que la depresión la ganó.
En "La campana de Cristal" nos habla desde Esther: su puerta hacia nosotros, su medio para poder hablarnos de lo que sufría sin hablar directamente de sí misma.
La admiro. Pensaba que esta entrada iba a ser más informativa, pero quiero darle un enfoque diferente. La admiro por hablar abiertamente de sus luchas internas. A veces solo necesitamos saber que también, hasta las reconocidas grandes escritoras pasan por lo que el resto de personas pasamos. No toda persona que sufre de trastornos mentales quiere suicidarse, pero si todas necesitan un apoyo externo, saber que no están solas, saber que mucha gente se siente así. Saber que solo necesitan tiempo y ayuda.
Cuidar de vuestros seres queridos, hasta de los que no queréis. En ocasiones, no nos damos cuenta de lo que están pasando. De hecho, no tenemos por qué saberlo, pero un consejo para no cagarla con ellos: sed amables.
Sed amables y empáticos. Haced por entender los comportamientos de las personas. Tal vez así nos demos cuenta de que algo no está bien en ellos. Tal vez así comprendamos por qué actúan y reaccionan así ante ciertas situaciones. Tal vez, con empatía solucionemos muchas cosas.
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